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Fugas

Una fuga, también conocida como escape, se produce cuando hay una estanqueidad en un sistema. Puede deberse, por ejemplo, a un orificio por el que se produce una entrada o salida no deseada de líquidos, gases o sólidos. Se presta especial atención a la prevención de fugas en los sistemas de bombeo.

Esto es importante, sobre todo cuando la fuga involuntaria de medios bombeados supone un peligro potencial para las personas, el medio ambiente o la planta. También influye el valor del medio, ya que un valor alto requiere una protección especial. La magnitud de una fuga se indica en forma de caudal de fuga, medido en litros por minuto (l/min) o metros cúbicos por hora (m3/h). El índice de fugas depende principalmente de dos factores: el diámetro de la fuga y la diferencia de presión. Las causas de las fugas pueden ser muchas, como la rotura de mangueras, la rotura de tuberías por sobrepresión, el fallo de una brida o incluso el agrietamiento de soldaduras. Las anomalías en la medición de la presión y el caudal en distintos puntos del sistema general pueden indicar posibles fugas.

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